gala, maría fernanda y manuel pampín |
Basta charlar un par de ocasiones para percatarse de que ama a su familia tanto como a la empresa editorial que fundara su padre, un bibliográfico de pasión hirviente llamado Manuel Pampín, allá por 1971: ediciones Corregidor.
Corregidor es una importante y prestigiosa casa que, superando las más variadas incertidumbres, sigue apostando por la buena literatura, la cultura popular y maestros argentinos como Macedonio Fernández. Sin embargo, el año pasado otra vez dio entrada a un autor cubano y el hecho determin este intercambio breve con una de sus editoras, directora de la colección Archipiélago Caribe.
Pregunta: Con la novela La catedral de los negros, de Marcial Gala, Ediciones Corregidor subraya su intención de difundir la literatura cubana en Argentina, ¿qué catapultó este paso dentro de una editorial tradicionalmente relacionada con la literatura regional, sudamericana.
Respuesta: Corregidor ha publicado literatura latinoamericana históricamente, y no solamente regional. La catedral de los negros fue publicada en el marco de la colección Archipiélago Caribe, que ya ha dado lugar a autores puertorriqueños (Eduardo Lalo y Edgardo Rodríguez Juliá) y dominicanos (Aurora Arias) también. Por otra parte, anteriormente hemos publicado otros autores clásicos cubanos: dos antologías de José Martí: Escenas norteamericanas y otros textos (selección de crónicas y ensayos a cargo de Ariela Schnirmajer, con prólogo y notas) y Poemas selectos (con prólogo y selección mías). Luego publicamos Flores de invernadero y otros textos de Julián del Casal (una antología de poemas, crónicas y traducciones, con selección, prólogo y notas a cargo de Schnirmajer) y dos antologías de autores imprescindibles del siglo XX cubano: Cuentos selectos de Virgilio Piñera y Ensayos selectos, que recoge textos fundamentales de Alejo Carpentier, ambos con prólogo de Celina Manzoni. Con esto puede verse que el interés en la literatura cubana no es algo novedoso en nuestro catálogo.
P: Publicaron también un libro de Antonio José Ponte, el primero de los escritores contemporaneos incorporados al catálogo...
R: Para Corregidor, la literatura cubana no termina en la producción de la isla: la literatura cubana no tiene fronteras. Fuera de ella están apareciendo desde hace tres largas décadas algunos autores fundamentales para pensar la nación, el exilio, la diáspora; entre ellos se encuentra Antonio José Ponte, del que publicamos Un seguidor de Montaigne mira La Habana, un pequeño y muy valioso libro que experimenta entre el ensayo, la narrativa y la poesía. Nos interesa muy especialmente la producción contemporánea pero también seguimos con la idea de seguir incorporando autores cubanos ya considerados clásicos, como venimos haciendo desde otras colecciones (Letras al Sur del Río Bravo o La inteligencia Americana).
P: María Fernanda, eres una estudiosa de Cuba, al menos una martiana fervorosa, ¿cuándo despertó en ti este interés por la cultura cubana? y ¿qué autores te resultan impredecibles?
R: Mi interés personal en la literatura cubana despertó hace muchos años mientras cursaba la carrera de letras en la Universidad de Buenos Aires, con las clases de Celina Manzoni, mi directora de tesis de doctorado. Cursé un seminario dedicado exclusivamente a autores cubanos cuando estaba por finalizar la carrera y allí comencé a interiorizarme en el área. Como decís, soy una martiana fervorosa y leí muchos autores decimonónicos durante el período del doctorado, pero disfruto más de la lectura de los contemporáneos: las novelas de Marcial Gala, Abilio Estévez y Ena Lucía Portela. Los ensayos de Antonio José Ponte y Rafael Rojas resultan imprescindibles para comprender la situación cubana. Y, aunque seguramente en este momento esté olvidando a muchos autores, en ninguna biblioteca podrían faltar Reinado Arenas y Guillermo Cabrera Infante.
P: ¿Cómo avizoras el trabajo de Corregidor, una editorial independiente, en los nuevos tiempos políticos de la Argentina?
R- La situación política actual y el giro hacia la derecha en Argentina (como en otros países latinoamericanos) complica mucho el futuro de editoriales independientes como Corregidor, que luchan desde hace décadas diariamente para ofrecer un catálogo alternativo al de las grandes editoriales multinacionales. La apertura indiscriminada de las importaciones (esto es, sin regulación alguna) afecta sin lugar a dudas el espacio otorgado en las librerías a las pequeñas y medianas editoriales así como el lugar en la prensa local. Por nuestra parte, continuaremos nuestro proyecto basado en difundir clásicos y nuevos autores latinoamericanos.
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