Para conmemorar la Victoria de Playa Girón,
el periódico Revolución y su magazín Lunes de Revolución juntaron una serie de
trabajos y documentos concernientes a los sucesos de Bahía de Cochinos. Los
textos aparecieron divididos en cuatro tomos bajo el título: Playa Girón.
Derrota del Imperialismo. Estuvieron al cuidado de Lisandro Otero, Edmundo Desnoes
y Ambrosio Fornet y se hicieron realidad gracias a una empresa peculiar: Ediciones R.
Apenas llevaba un año de
existencia y parecía convertirse en magnífica posibilidad para la literatura.
Su texto inaugural era hijo del Periodismo, pues se trataba de un grupo de
reportajes escritos por Lisandro Otero; pero, pronto rebasó el tema periodístico y abrió sus puertas a todos
los géneros de la literatura. Ediciones R publicó novelas, cuentos, ensayos y
poesías.
Excelente trabajo gráfico de Tony
Evora, Santiago Armada y Raúl Martínez confería a cada ejemplar (algunos con
tiradas magníficas, reeditadas una y otra vez) el carácter de una obra de arte atractiva.
Tipografías adecuadas, puntajes de fácil lectura y viñetas ingeniosas le vuelven
interesante pese a los años.
Poco después de su nacimiento, Ediciones R inauguró
su sección de teatro con las obras de Virgilio Piñera, uno de los gestores del
proyecto junto a Carlos Franqui, Guillermo Cabrera Infante, Oscar Hurtado y
muchos otros escritores, todos relacionados con Lunes… y Revolución, cuya fusión con el
rotativo Hoy, y junto a las contrariedades vividas por sus gestores, terminó
con la muerte del proyecto.
También Ediciones R introdujo
autores extranjeros y se mostró muy atraída por la promoción de las artes
plásticas, que no se encontraban presentes únicamente gracias a viñetas e
ilustraciones interiores, sino que tuvo real protagonismo cuando vieron la luz los
libros de los caricaturistas René de la
Nuez y Santiago Armada.
Hace algunos años empecé a cazar los
ejemplares de Ediciones R. Hasta la fecha
poseo una docena, aunque me faltan muchos para completar la
colección. Un día tuve la idea de llevarle los textos a sus autores para
escribieran sobre ellos lo que había significado esa etapa.
Jaime Saruski, quedó consternado
con el ejemplar de su novela La Búsqueda, cuando la puse
en sus manos. No es el ejemplar mejor conservado de los que guardo, pero está
bastante bien. Saruski lo observó durante largo rato, como si explorara a un
viejo amigo con el que trata de rescatar entrañables aventuras. Luego escribió
su criterio de aquellos años. Los denominó “duros” y
“gratos”, pero “que no se olvidan jamás”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario