Al niño, le parecerá raro que sea un elefante quien le de la bienvenida al parque de juegos y no una persona común y corriente, hasta ordinaria, dará igual: "para recibirme, mejor una persona". Lógico su razonamiento. Pero, en el parque a donde el niño ha ido no existe nadie para recibirlo (tampoco creo que haga mucha falta recibir). Le es suficiente con los otros niños y los aparatos que puede montar y los artefactos que quiere subir. El resto sobra.
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