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jueves, enero 16, 2014

Gelman

retrato tomado de http://clubdeescritura.blogspot.com

Cuando era un adolescente hambriento de lecturas di con él. Lo primero suyo que cayó en mis manos fueron dos poemas incluidos en un libro más bien feo, fealdad que se debía ciertamente al año de su publicación: 1990. Las hojas siguen siendo pardas y ásperas, y ni siquiera el diseño de portada logra la atención del lector moderno. ¿Por qué razones lo escogí? No recuerdo. Solo sé que en Cuba empezaba la crisis dura de los noventa y el libro estaba lleno de poetas. Uno era Gelman.
¿Cómo saber entonces que el argentino también vivía su crisis y que esta era más bien renovada aquel año postrimero del siglo XX? Lo supe por una de las poesías. Páginas 39 y 40 de aquel libro que ahora lleva las huellas de bichos que sobre él han estado de tránsito en estos veinticuatro años. Le han dejado una caprichosa red de puntos negros, de nebulosas diminutas, de grietas y roturas. Donde se colocó la poesía de Gelman no hay ni un rasguño, mas el poeta tenía rasgada el alma. Lo contaba en un poema con titulo: El 26 de agosto de 1976, fecha que marca el inicio de su dolor.
El drama del argentino Juan Gelman fue a su vez el drama de muchos otros argentinos, hombres y mujeres que arrastran la pena de la desaparición y muerte de miles de personas víctimas de un estado intolerante exacerbado por una despiadada dictadura militar. Por ella Juan perdió a sus hijos (Nora Eva y Marcelo Ariel) y a su nuera (María Claudia). Y en los campos de concentración le hubo de nacer una nieta que no podría abrazar hasta el año 2000. Encontrar los restos de sus muertos llevó años a Gelman y en ellos se volvió militante de la poesía quien ya había sido militante de partidos y guerrillas. Y escribió versos “previamente llorados” y habló de su dolor al mundo.
Un día me di cuenta que al final aquel libro feo era en verdad una antología con aspiraciones de junta para poetas militantes. Militantes de todas clases y tendencias hay en sus más de cien páginas grises, militantes del dogma ideológico y del dogma poético, del amor y la libertad, de la poesía y la esperanza. Pero probablemente entre todos ninguno fuera tan sufrido como el argentino que en 1990, cuando se publicaba en La Habana el libro aun en mi poder, daba al fin con los restos de su hijo, muerto de un disparo en la cabeza, fosilizado en cemento dentro de un barril que yacía en el fondo de un río.
En 2007 le entregaron el Premio Cervantes a Juan Gelman y Juan Gelman habló entonces del dolor. Siete años después la muerte lo ha sumado a su corte. Los recuerdos de Gelman son páginas hoy. Páginas de lecciones. Lecciones de persistencia y anhelos. Muerte y Dolor. Vida.

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